Prometieron que “nunca más iba a faltar gas”, pero hoy cierran las escuelas por falta de suministro

La crisis energética golpea de lleno al país: cortes de gas, industrias paralizadas, estaciones de GNC cerradas y hasta suspensión de clases. El Gobierno nacional, en silencio.

Lo que hace apenas 10 meses fue una promesa repetida en campaña, hoy es una triste postal de la realidad argentina. El presidente Javier Milei había asegurado que “nunca más iba a faltar gas en el país” y que Argentina pasaría a ser exportadora neta de energía. Sin embargo, en plena ola polar, el gas no alcanza ni para las escuelas.

Este miércoles, varias provincias sufren la suspensión de clases presenciales debido a la falta de suministro de gas, mientras que industrias, estaciones de GNC y comercios enfrentan restricciones o directamente se quedan sin servicio. Las imágenes de escuelas cerradas por frío extremo y sin calefacción recorren el país y provocan indignación.

El Gobierno, sin respuestas

Lejos de la promesa de “abundancia energética”, el Gobierno de Milei no solo no garantizó el abastecimiento, sino que agravó la situación. Durante los primeros meses de su gestión, paralizó obras energéticas clave como la reversión del Gasoducto Norte y la ampliación de las plantas compresoras.

Además, el Ejecutivo debió salir a comprar buques de gas licuado de emergencia a precios exorbitantes, revelando la falta de previsión. Los embarques llegaron tarde y el gas no alcanza.

Escuelas cerradas por falta de gas: una postal inadmisible

La noticia de la suspensión de clases en muchas provincias por la falta de gas es el reflejo más claro del deterioro. Familias indignadas, docentes preocupados y miles de estudiantes sin educación presencial por un problema que, según el Gobierno, ya debía estar resuelto.

“Esta es la Argentina real: mientras algunos siguen hablando de libertad y mercados, los chicos no pueden ir a la escuela porque no hay gas para calefaccionarlas”, criticó un padre en redes sociales.

Una promesa incumplida

Las declaraciones del presidente, cuando aseguraba que “nunca más iba a faltar gas”, hoy suenan como una burla:

“Con el gasoducto y las obras en marcha, nunca más va a faltar gas”, había dicho Milei durante una entrevista televisiva.

La realidad actual muestra que el ajuste y la desidia también afectan a la energía. Las familias sufren el frío, la economía se frena y el país retrocede décadas.

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