La canalsense Jorgelina Carletta junto a 4 argentinos más ya se encuentran fuera del país en conflicto bélico con Rusia.
El pasado jueves 24 de febrero eccos multimedios hacia contacto con Jorgelina Carletta, una joven oriunda de Canals, quien se encontraban residiendo junto a su pareja, Rodolfo Nicolas Rama Fistori, oriundo de Rio Cuarto y tres otros argentinos en territorio ucraniano, más precisamente en la ciudad Kiev, al momento de desatarse el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y nos brindaban detalles de que lo que estaban viviendo por esas horas.
A partir de ese momento y en un seguimiento diario, este medio fue recibiendo información de la situación de estos argentinos, quienes realizaron una travesía de unos cinco días hasta que lograron salir de Ucrania por la frontera con el país polaco.
Días de incertidumbre
En una charla telefónica que mantuvimos en la mañana de hoy, Jorgelina nos hizo un reconto de lo vivido desde el viernes 25 al lunes 1 de marzo… “La noche del jueves 24 decidimos dormir ahí porque la recomendación era quedarse en casa. Esa noche no pudimos dormir nada porque nos turnamos, ya que no sabíamos que iba a pasar, teníamos que estar pendientes por si sonaba alguna alarma para ir a escondernos al refugio”, comenzó contándonos la joven canalsense agregando además que al otro día, ya viernes 25, “apenas se levantó el toque de queda, después de las 7 de la mañana, decidimos irnos al metro. Sabíamos que ahí era más seguro. Agarramos algo de comida y las valijas, para una vez ubicados en ese lugar empezar a planear la salida”. En el lugar se encontraron con otros tres argentinos y entre los cinco organizaron como iban a salir de Kiev. Esa noche en el refugio les dieron agua caliente para poder preparar una sopa, y durmieron en los trenes del metro, ya que los estacionaron para que la gente pudiera meterse dentro y no tuviera que dormir en el suelo y de esa manera no pasar tanto frio. “Esa noche salimos a comprar un café, agua y otras cosas a un local que estaba abierto, cuando salimos todo estaba muy tranquilo” nos relataba.
Por otro lado ya sabían que estaban saliendo trenes de Kiev aunque no tenían datos de los horarios, porque estos salían a medida que la situación lo permitía. Dadas estas circunstancias era “ir a la estación de tren, a esperar que pase uno y subirte”.
El sábado 26 por la mañana ya salieron con sus respectivas valijas con la decisión de tomar el tren “era ir a la estación y esperar con suerte poder subirte, porque había tanta gente, que pasaron dos trenes y no pudimos subir, la gente que te empujaba, te pegaba. Subían todos amontonados, cantidad de mamás con sus bebes y niños, todos queriéndose escapar”, finalmente en el tercer tren que paso pudieron subirse para salir de Kiev.
El viaje de un día en tren
Fue un viaje que les llevo todo el día, cuando llego la noche el tren por trayectos viajaba con las luces apagadas, al igual que en los pueblos por donde iban pasando estaban a oscuras, “en algunos pueblos por los que pasábamos sonaban las sirenas y la verdad que eso te daba un poco de miedo” nos cuenta.
Finalmente el viaje termino el Lviv en la frontera con Polonia. Una vez en el lugar, y ya el día domingo 27 consiguieron un hostel que era lo único que encontraron disponible para poder bañarse y descansar, ya que ese día no les era factible dirigirse a la frontera pues no contaban con un medio de movilidad.
Horas más tarde, y por estar en permanente contacto con la embajada argentina, desde este organismo le proveyeron un auto para poder dirigirse hacia la frontera.
Logran salir de Ucrania
Nos relata que el día lunes 1 de marzo “nos pasaron a buscar y nos llevaron a la frontera, nosotros esperábamos que hubiese mucha gente y que íbamos a estar horas ahí, pasando frio, pero nada. Super lejos de la realidad, nada que ver con lo que veíamos en las noticias. Cuando llegamos al lugar nos encontramos con una cola larga de autos, pero a nosotros el auto nos llevó hasta la frontera y cruzamos caminando. En dos horas cruzamos a Polonia y ahí nos estaba esperando la embajadora argentina en Polonia con un auto, y la verdad que nos recibió súper bien, una mujer muy amable. Ella nos mandó a los cinco argentinos que estábamos juntos en una trafic a Varsovia que es donde estamos ahora. Llegamos ese mismo lunes a la noche, la embajadora nos había conseguido un hotel para que nos quedemos, de hecho hay más familias argentina alojándose en este mismo hotel.”
Finalmente Jorgelina nos dejaba en claro que “en ningún momento nosotros sufrimos algún hecho de violencia, hambre o frio, más que ese día que dormimos en el metro, que obviamente pasas un poco de frio porque no teníamos mantas para abrigarnos. Las veces que salimos del metro la ciudad estaba normal, no vimos enfrentamientos, ni edificios destruidos, nada de eso, siempre estuvimos protegidos. Cuando viajamos en tren y luego en auto pudimos divisar trincheras que armaba la gente para defender los pueblos, algunos tanques de guerra custodiando y militares por todos lados.”
Realidades diferentes
Con respecto a lo que ellos personalmente vivieron remarco que “En todo momento seguíamos las indicaciones que nos sugerían en ese lugar, esto no quiere decir que no haya destrucción o muerte, hay lugares en el que la situación es muy grave, de hecho donde estaba nuestro departamento en Kiev, no hubiésemos podido ir a buscar las valijas porque hubo un enfrentamiento después que nos fuimos. Tengo amigos y personas conocidas que se quedaron y que están en sus casas y no les ha pasado nada, pero se de gente que su hogar está completamente destruido. Nosotros somos privilegiados de no haber vivido ninguna situación rara, a nosotros nos salió todo perfecto, no nos pasó nada malo. Tenemos una chica conocida que estuvo tres días durmiendo en la frontera a la intemperie y se despertaba con escarchas en las manos, ya que nos los dejaban pasar por la cantidad de gente que había, pero en la parte de la frontera que fuimos nosotros pasamos caminando y en menos de dos horas llegamos. Una vez en la frontera la gente te recibía con mantas, infusiones calientes, comida, había mamaderas, pañales, leche para bebes, comida para perros. Agradecemos que nos salió todo perfecto y que en ningún momento pasamos ninguna situación fea, más allá de los nervios o la ansiedad por irnos.”
Cuatro de estos cinco argentinos que salieron de Ucrania tienen pensado migrar a España, lugar en el que estaban residiendo Jorgelina y su pareja hasta el pasado año, y uno de ellos estaría volviendo al país.
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