Un bebé que nació en el asiento trasero del auto de su familia en medio de la ruta nacional Nº 3, en Tierra del Fuego y decenas de otros que llegaron al mundo en las últimas dos semanas, tendrán que esperar para tener sus documentos porque, como consecuencia de la pandemia, pocos registros civiles del país están registrando nuevas inscripciones.
Mirna. obstetra en un hospital público, dijo a Télam que la pandemia produce situaciones que “resienten” el momento de dar a luz en el plano íntimo de la madre y en el familiar.
“Es un poco difícil en estos tiempos la asistencia a un parto, porque fuera de la pandemia, un marido o la pareja tiene derecho a estar en los controles, trabajo de parto o parto”, afirmó la especialista y agrego: “Es un derecho que ahora está coartado y afecta porque una mujer contenida influye mejor en el trabajo de parto”.
“Lamentablemente, llega en una época de pandemia y la familia, abuelos, tíos, hermanos y primos, solo lo va a conocer por videollamada, whatsapp o fotos”, completó.
Por otra parte, maternidades y hospitales tuvieron que realizar adaptaciones para tratar embarazadas contagiadas con coronavirus e incluso partos.
María de los Ángeles Carmona, directora asociada del Hospital Interzonal General de Agudos Eva Perón, de la localidad bonaerense de San Martín, dijo a Telam que “se acondicionó una sala de partos extra para embarazadas infectadas”.
La especialista en ginecología agregó que en el hospital además “se somete a estudios a todo paciente con síntomas que proceda de cualquier parte del mundo”.
Por su parte, Esteban Maggio, especialista en la Clínica y Maternidad Colón, de Mar del Plata, contó a Télam que “en esta fase de prevención de la trasmisión o de bloqueo de un virus importado, y no de lo que se denomina infección controlada -una vez instalado- las maternidades operan con iguales medidas que las unidades de atención e internación de adultos por otras patologías”.
En diálogo con Télam, una médica especialista en ginecología y obstetricia que trabaja en el ámbito privado de la salud desde hace 20 años destacó la “angustia y la ansiedad que genera en los pacientes el hecho de tener que hacerse controles con menos frecuencia de lo habitual, por la cuarentena”.
“Les pedimos que vengan solo ante un caso de hemorragia, pérdida de líquido o disminución de movimientos fetales, mientras que la guardia de obstetricia y ginecología se separó de la guardia general para que las embarazadas no se crucen con pacientes con cuadros febriles o respiratorios”.
Por otra parte, los niños y niñas nacidos en los últimos veinte días no tienen su documentación habitual. Por su lado, la directora general del registro civil del Chubut, Patricia Moyano, reconoció que “desde inicios del mes pasado la inscripción de los nacimientos cayó abruptamente por el cierre de las delegaciones, que no realizan el trámite”.
La funcionaria estimó que “de los aproximadamente 160 nacimientos que se inscriben por semana, pasamos a no más de 15 en el último mes, ya que la cuarentena obligó al cierre de las 53 bocas de atención, entre delegaciones, sucursales, juzgados de paz y direcciones”.
En Chaco, para el mismo período, solo hubo 65 partos registrados, según informó la subsecretaria de Asuntos Registrales, Sheina Waicman; y en Santa Cruz, fueron 39 los niños inscriptos, aunque solo en Río Gallegos hay cerca de un centenar anotados por el sistema de salud y que no tienen sus papeles la extensión del plazo habitual de 30 días para completar el trámite, informaron a Télam fuentes oficiales.
Pero con papeles o sin ellos, la vida sigue. Entre los niños que nacieron en este contexto de pandemia, se encuentran los mellizos que llegaron al mundo en Ingeniero Jacobacci, Río Negro, cuya madre de 22 años presentaba útero bicorne por lo que, al parir, ingresó en dos estadísticas excepcionales al mismo tiempo: la de partos en casos de pandemia y la de embarazos múltiples con esa malformación uterina que sucede una vez cada 500 millones de partos.
En Tierra del Fuego, en tanto, una mujer oriunda del municipio de Tolhuin dio a luz un bebé en el medio de la ruta, cuando con su marido se dirigían en auto desde Tolhuin hasta Ushuaia.
El nacimiento se produjo en el kilómetro 2.984 de la ruta número 3, en un camino completamente desierto por la restricción al tránsito de vehículos impuesta por las autoridades para mitigar la expansión del coronavirus.
Otros embarazos son menos excepcionales, pero en el contexto del aislamiento por la expansión del coronavirus, se vuelven poco convencionales.
En Mendoza, Agostina, flamante madre de su segundo hijo, lamentó hoy que a su pequeño bebé, los abuelos, familiares y amigos solo puedan conocerlo por videos y fotos “sin darle un beso o alzarlo”, dijo.
Para Karina Monente, 44 años y cursando el octavo mes de su segundo embarazo, la situación es parecida. Vive en San Fernando, 23 kilómetros al norte de la capital, y como no tiene obra social, se atiende en el servicio de salud público.
“Estoy tranquila porque la maternidad está muy alejada de terapia o la zona de internación. Y en este tiempo de pandemia yo quisiera, como dice mi doctora, tener una parto normal, estar a lo sumo dos días y salir con mi bebé lo más rápido posible”, dijo a Télam.
En San Fernando la maternidad no escapa al control policial para que se cumpla con el aislamiento, de manera que cuando llegan las parturienta acompañadas por la familia, una postal habitual, efectivos de seguridad los detienen en el ingreso y los manda de nuevo a sus casas: solo ingresa la mujer y un único acompañante. El resto recibirá una foto o un video en su celular hasta que termine el aislamiento.