Ciberbullying “Día internacional de la lucha contra el Bullying”

El 2 de mayo se conmemora el “Día mundial de la lucha contra el bullying”, y desde nuestro rol como profesionales de la Psicopedagogía nos demanda reflexionar, intervenir y poner voz a estas problemáticas vigentes que protagonizan los niños, niñas y adolescentes, en relación a sus formas de relacionarse entre sí. Teniendo presente que ante el auge del mundo digital, se han incrementado los ciberacosos.

Cuando hablamos de bullying nos referimos al acoso-hostigamiento como aquellas situaciones de violencia entre pares, que se vivencian en infancias y adolescencias, en todos los espacios donde conviven y socializan, especialmente en el ámbito escolar.

La pandemia nos obligó al aislamiento social físico, donde nuestra vida entera fue atravesada por la conectividad, sin dudas, el tipo de bullying que adquiere una mayor presencia es el ciberbullying “ciberacoso entre pares”. El ciberbullying lo protagonizan chicos y chicas menores de 18 años de edad, quienes pueden estar escolarizados o no. Son los propios niños, niñas y adolescentes quienes a través de las redes sociales hostigan, acosan, discriminan y se violentan entre ellos mismos.

El ciberacoso se lleva a cabo en una relación asimétrica de poder entre los participantes, es decir, cuando un ciberacosador con mayor poder ejerce violencia sostenida en el tiempo hacia otro par con la intención explícita de perjudicar y dañar, y lo hace con la ayuda de otro grupo de espectadores o aliados, quienes con su presencia pueden potenciar esa violencia ejercida o bien intervenir para frenarla.

El ciberacoso se desarrolla en el mundo digital, en un espacio donde los límites y la visibilidad del adulto es casi nula. Las acciones de quien o quienes agreden son más constantes, porque el acceso a la conectividad es instantáneo y a todo horario. Estas situaciones pueden generar grandes impactos emocionales, físicos y sociales en las víctimas que atraviesan este hostigamiento constante, focalizado y grupal.  En este sentido, es importante considerar que los y las adolescentes de hoy construyen parte de su identidad a través de su identidad digital, donde él quien soy, quién quiero ser y cómo me ven los demás adquiere un gran sentido.

Estas relaciones violentas de acoso, hostigamiento y discriminación entre chicos y chicas a través de las redes sociales, se ha incrementado en el  contexto de pandemia. A nivel nacional el Observatorio de la Discriminación en Internet del INADI (2020) llego a la conclusión de que los casos de discriminación se incrementaron en un 65% con 504 casos denunciados y registrados. Entre las conclusiones, los discursos sociales discriminatorios apuntaron a destacar que la principal población afectada fueron las personas pertenecientes a la comunidad de la diversidad sexual (15,2%), seguidas por las mujeres (9 %), el tercer lugar lo ocupan las personas discriminadas por su aspecto físico (7,3%), seguido por las personas con discapacidad (6,8%). Entre las principales comunidades identificadas aparecen la de la diversidad sexual y las mujeres, ambas discriminadas por razones de género, muchos de los casos de ciberacoso entre los chicos están motivados en esta línea.

Frente a esta realidad adquiere un mayor sentido la aplicación e implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), la cual promueve educar para promover el respeto a la diversidad, valorar la afectividad, garantizar la equidad de género y ejercer nuestros derechos.

Un caso de ciberacoso es la experiencia que compartió Solcito (11 años), hija de Karina y Polaco, cantantes de cumbia, quien expresó en sus redes sociales su reflexión a partir de su experiencia de ser ciberacosada, expreso “Constantemente sufro ciberbullying y es horrible, por suerte ya no me afectan esos comentarios, pero antes cuando era más vulnerable sobre lo que la gente pensaba de mí la pasaba re mal”. Este relato refleja el impacto que tiene el ciberacoso y lo que siente una adolescente cuando es acosada y discriminada a través de internet por parte de chicos como ella, y en el peor de los casos los adultos también se suman.

Reflexionando sobre estas formas de vinculación entre pares es fundamental hablar de la necesidad de abordar la temática desde la prevención, porque es la herramienta más efectiva para trabajar en las conductas y formas de relacionarse de todos los participantes (espectadores, cómplices, ciberacosadores , ciberacosados, familias y educadores) Sin olvidar que los niños, niñas y adolescentes, están en crecimiento y desarrollo, por lo que es el momento propicio para acompañarlos en un proceso de aprendizaje hacía  mejores, nuevas y sanas maneras de estar con el otro/a.

En nuestras experiencias creemos que la mejor herramienta de prevención es educar a los chicos y chicas para que aprendan a relacionarse con sus pares sin violencia, con empatía y respeto. Resulta necesario hablar del tema y reflexionar junto a ellos y ellas, las formas de vinculación que se dan en las escuelas, en los barrios y también en las redes sociales.

Es aquí fundamental el rol de los adultos, ya sea en su función de padre, madre, tutor, tutora, docente y/o profesional que acompañe.  Porque todas estas vivencias suceden delante de los ojos de alguien o en los vacíos que dejamos, es el adulto quien tiene la capacidad de intervenir y hacer, desde la deconstrucción de vínculos violentos hacia la construcción y transformación de relaciones sanas, amorosas y empáticas. Habilidades que podemos desarrollar junto a los chicos y chicas, comprendiendo sus causas, motivos y experiencias, que llevan a que muchas veces en soledad sufran y terminen tomando malas decisiones.

¿Qué pasa si descubrimos a un ciberacosador? Es importante reflexionar sobre lo siguiente:

• En primer lugar, prestarle la atención, lo que requiere reconocer esta realidad y hacernos cargo de que nos demanda intervenir como adultos responsables de los chicos y chicas.
• No debemos justificar su conducta, ni mucho menos juzgar, porque esta actitud no ayudaría, al contrario, empeoraría la situación, perderíamos diálogo y confianza.
• Generar espacios para un diálogo abierto, donde puedan expresar lo que sienten y piensan, “apostar a la escucha y al poder de la palabra”. Transmitir confianza y seguridad como adultos acompañando y estando presentes; indagando sobre lo que hizo, cómo y sobre todo las razones que lo motivaron a ciberacosar. Debemos fomentar la toma de conciencia de las acciones y hechos. 
• Explicarle que el bullying, ciberacoso y cualquier acción que implique formas de violencias, genera consecuencias reales, que sus pares sufren en silencio. Fomentar la empatía a través de preguntas como:  Si esto te pasara a vos ¿Cómo te sentirías? ¿Alguna vez observaste algo parecido o te pasó a vos?
• Enfatizar en que cada conducta siempre tiene consecuencias y que cada uno tiene responsabilidades. En las redes, cualquier mensaje publicado que lastime, excluya y discrimine deja de ser un juego o una broma, es una forma de violencia que se debe detener.
• Demostrar que tienen nuestro apoyo para comprender, cambiar y mejorar su conducta, lo cual es necesario y es algo que nos pasa a todos, es decir, todos nos equivocamos y podemos mejorar.
• Se recomienda poder diseñar junto a ellos algunas acciones reparadoras como, por ejemplo, eliminar todo lo publicado, mediar, hablar con todas las partes, disculparse con las víctimas, comprometerse a usar las redes de forma más responsable y sin violencia, entre otras.

Si los chicos y chicas no aprenden a reconocer que los ciberacosos, hostigamientos, violencias y la complicidad en estos hechos,  no están permitidos porque generan mucho daño a los otros, estamos dejando camino libre para que continúen aprendiendo a relacionarse y comportarse de esta forma. Tenemos que comprender que la vida digital no es ficticia, es real, debemos comportarnos con los mismos valores dentro y fuera del mundo de internet. Respetando las vidas y los derechos de todos los seres humanos, porque todos y todas merecemos una vida libre de violencias, con vínculos amorosos y felices.

Por Lic. Romina Tarifa R.P: 020106 / Lic. Valeria Inés Ducart M.P: 223770