Nota de opinión: por Fernando Camino
Desde una visión social poco se entiende lo que ocurre muchas veces en una sociedad como la nuestra, que pasa de un estado de psicosis, buscando culpables y defenestrando gente, hasta tal punto que algunos llegaron a pronosticar un apocalipsis local, reflejado en 72 horas de pasividad, con poca y casi nada de gente en las calles, con los negocios vacíos, sin cola largas en cajeros y bancos, al “acá no paso nada” y volvamos a la normalidad.
Después de las 72 horas es como si hubiéramos despertado de una pesadilla y la inconciencia se apodera nuevamente de muchos ¿de casi todos? La respuesta que nos gustaría dar sería no, de casi todos no, pero queda latente, como esperando convencernos a nosotros mismos de que somos otra clase de sociedad.
Este fin de semana Canals no paró; ¡Y no paró en serio! Se pudo ver plazas y parque llenos, niños, jóvenes y adultos transitando de a montones por todos lados. La mayoría sin barbijos, compartiendo el mate como si nada pasara; y si hablamos de respetar distancias, ¡caso omiso!, como burlándose de aquellos que velan por la salud de todos y que están al frente de esta lucha. Dejando a las claras el poco valor, y lo poco enserio, que muchos se toman la propia vida y la salud.
¿Cómo esperar que pueda alguna vez fluir la empatía, la solidaridad, la conciencia social? ¿Cómo pensar que esta pandemia nos puede dejar algo bueno?
Se ve, se respira y se percibe que no dejamos de buscar responsables y culpables, pero puertas adentro celebramos cumpleaños, nos juntamos en peñas o fiestas clandestinas y después… ¡Cuándo las papas queman!… A si, somos todos epidemiólogos y opinólogos, empezamos exigir controles, multas y queremos que las fuerzas de seguridad y/o autoridades sean más estrictos.
Espero que no sea demasiado tarde para comprender que todo empieza por uno, por casa, por nuestra familia y que la conciencia, al igual que muchas buenas acciones se contagian. Que, si nosotros no sentimos miedo, puede haber alguien a nuestro lado que esté aterrado, y una buena acción basada en el respeto puede hacer que le sea mas llevadero estos momentos de incertidumbre que nos toca pasar.