Reportaje: Manuel "Piki" Vega - eccos multimedios

En la actualidad es el maestro panadero más antiguo de Canals

Se considera que los egipcios fueron los primeros panaderos de la historia. En el año 4000 antes de Cristo, se desenterró un horno en las excavaciones próximas a Babilonia (Irak). Unificando la historia del pan, un alimento que ha acompañado al hombre durante milenios, logramos entrevistar al maestro panadero más antiguo de Canals.

¿Pasamos a conocerlo?

Buenas tardes, Manuel. Nos agradaría que nos comentara, siendo hoy el maestro panadero decano de Canals y conocido desde hace años como Piki Llopiz, ¿cómo llegó a esta zona y, en síntesis, por qué se dedicó a este rubro artesanal?

Buenas tardes, mi nombre es Manuel Vega y llegué desde muy joven, tenía unos 7 años, a trabajar en el campo en la zona de Bremen, con una tía que me trajo desde la provincia de San Luis, donde nací.

¿Podría proporcionarnos la fecha y el año de su nacimiento?

Nací el 11 de diciembre de 1943, en Naschel, provincia de San Luis. Muchos me conocieron como Piki Llopiz, pero mi nombre real es Manuel Vega.

¿Nos puede explicar al respecto?

Bueno, te cuento que mis padres fallecieron cuando era muy joven, así que una tía me trajo a trabajar a esta zona. En la fábrica San Melitón, en la zona de Bremen, ya tenía trabajando a un tío que era sordo (risas). Me fui haciendo, trabajando en el campo, levantando maíz con una paleta y en el campo Santa Clara. Al lado de otro campo vivía el matrimonio de Don Sebastián Llopiz y su esposa, quienes me hicieron sentir como en casa. Antes de que terminara la temporada, Don Llopiz me invitó a quedarme a vivir con ellos, y así lo decidí. Les había contado mi historia y, tal vez, habrían sentido afecto por lo joven que era y por mi disposición a ayudar. Me aceptaron como un hijo, y me sentí muy cómodo y apreciado por ese matrimonio, por lo que decidí quedarme con ellos.

¿Hizo amigos en esa zona rural?

Sí, recuerdo a dos amigos de Benjamín Gould, a quienes conocí de niño y con quienes fui amigo toda la vida: Juan Aseguinolaza, quien fue intendente, y su hermano.

¿Cómo fueron sus primeros años en la chacra de Don Llopiz?

Fueron muy gratos, ya que ayudaba con las tareas de la finca y además iba a la escuela en Bremen. Mientras ellos tenían una pequeña granja, les ayudaba con ese trabajo y luego llevaba los tarros de leche al pueblo en una carreta. Llegaba justo a las ocho de la mañana para entrar a la escuela.

¿Y cómo continúa la historia, Manuel?

Llegó un momento en el que los agricultores tuvieron que abandonar sus tierras, y Don Llopiz, junto a dos familiares de su esposa de apellido Troncoso, decidieron comprar la panadería en la que estamos actualmente.

¿Cuándo comenzaron a operar con la nueva empresa?

Fue en el año 1955 cuando todo comenzó, aunque yo empecé a trabajar en la panadería unos años después. Primero trabajaron Don Troncoso y Don Llopiz, junto con un señor de apellido Olivera. Luego, cuando decidí dejar la escuela, me uní a ellos, y aquí sigo hasta el día de hoy.

¿Por qué no continuó estudiando?

Permíteme compartir una anécdota. Yo era mayor que mis compañeros de clase y un día, dos compañeritas, llamadas Gela y otra compañerita, me burlaban por mi edad, ya que tenía 14 años. Entonces, las saqué corriendo de la clase (risas), pero una de ellas se golpeó la cabeza con un banco y se desmayó. ¿Sabes cómo me sentí? Me escondí con miedo de que me expulsaran del colegio.

¿Y cómo continuó la historia?

La maestra, la Señorita Grundell, me encontró y me preguntó si las había corrido a mis compañeras y si una de ellas se había caído. Le dije la verdad, que las había corrido porque se burlaban de mí debido a mi edad. La maestra me respondió que no había ningún problema (risas).

¿Formó una familia?

Sí, me casé con Ana María Ripoll, y tuvimos tres hijos: Pablo, quien sigue con la panadería; Ariel, que es pintor y reside en Platja D’Aro; y Mauro, quien es gerente de una cadena de supermercados en Ripollet. Estos dos últimos residen en España.

Volviendo a sus comienzos en el ámbito de la panadería, ¿qué otros panaderos estaban activos en Canals?

Había panaderos como los hermanos Palumbo, los Salvuzzi, Piezantini, Morosini, Don Felippa, y luego Don Alesso, quien compró la panadería a Felippa.

¿Alguna anécdota con sus colegas panaderos?

Sí, solíamos reunirnos para comer cordero con los demás panaderos y hablar sobre nuestro oficio. Pero una vez, durante uno de estos encuentros, uno de los hermanos Salvuzzi era especialmente ingenioso. Como todos llevábamos algo de pan, él llegó primero y nos avisó que iba a hacerle una broma a un colega que podría llegar tarde. En medio del asado, tomó un trozo de pan de Palumbo y dijo seriamente: “¿Quién trajo este pan tan malo? ¡Es incomible!” Hubo un silencio muy grande y luego todos empezamos a reír… excepto Palumbo (risas).

El maestro panadero y alumnas de una pasantía hace décadas

¿Otra anécdota relacionada con su oficio?

Sí, en esa época, todos los hornos eran de leña, y nuestro proveedor era Don Torres. Un día, uno de los Salvuzzi averiguó los precios de la leña en la zona y resultó que nuestro proveedor era bastante caro, ¡muy caro! Entonces, ese Salvuzzi vino y nos preguntó si compraríamos leña más barata si él la traía. Todos estuvimos de acuerdo y le compramos la leña a él.

¿Hubo alguna consecuencia por cambiar de proveedor?

¡Sí! Don Torres se enojó mucho y nos dijo que nos iba a poner una panadería y que vendería pan más barato que nosotros.

¿Lo hizo?

Sí, efectivamente, abrió una panadería y comenzó a vender pan más barato. Te imaginas lo que tuvimos que lidiar el resto de los panaderos (risas).

Mencionó a panaderos mayores que usted. ¿Recuerda a los de su generación?

Claro, en mi generación estaban Solanz, Tulo Tomassoni, Lolo Soria, Kuki Marion y su esposa Nene, entre otros. Luego, llegaron las nuevas generaciones hace más de 25 años.

¿Tiene alguna otra anécdota de su panadería para compartir?

Sí, recuerdo que antes de que desmanteláramos el horno de leña, tenía algunos problemas, y como teníamos familiares que se dedicaban a reparar ese tipo de hornos, los llamamos. Estuvieron varios días trabajando en el horno.

¿Fue un trabajo fácil?

No, imagínate que el horno siempre estaba más caliente que el exterior, incluso cuando estaba apagado. Los trabajadores entraban, hacían las reparaciones necesarias y luego salían a tomar aire y agua. Les ayudábamos desde afuera con un ventilador. Fue un trabajo muy sacrificado.

¿Siguen utilizando ese horno?

No, un día, cuando yo estaba ausente, Pablo me había comentado que debido al riesgo de utilizar ese antiguo horno de leña, decidió traer a unos albañiles y demolerlo. Te puedes imaginar mi sorpresa cuando llegué y solo encontré un montón de ladrillos (risas). Desde entonces, hemos trabajado con un horno a gas.

El viejo horno a leña - Icono de la panadería artesanal + de 100 años. — El viejo horno a leña – Icono de la panadería artesanal + de 100 años.

Bien, Manuel, hemos llegado al final de la entrevista. A pocos meses de cumplir 80 años y después de más de 60 años dentro de la panadería, lo felicitamos por seguir trabajando. ¿Hay algún mensaje que quiera dejarnos?

Agradezco a todos los que me han ayudado y envío saludos a mis familiares y amigos.

¡Muchas gracias por su tiempo!

Referencias:

La Prehistoria: Unos restos carbonizados de comida hallados en hogares antiguos en el noreste de Jordania, de unos 14.000 años de antigüedad, son las evidencias más antiguas de la elaboración de pan en el mundo.
Orígenes del pan: En alguna parte de Sumeria o en el sur de Mesopotamia, hacia el 6000 a.C., alguien comenzó a elaborar pan tal como lo conocemos hoy en día, con fases bien diferenciadas de amasado y cocción. Empleaban las cenizas de un fuego para hacer pan.
Beneficios del pan: El pan es una buena fuente de vitaminas del grupo B (como tiamina, riboflavina, piridoxina y niacina) y minerales como calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio, sodio, yodo y zinc, además de proteínas de origen vegetal.
Consumo de pan en el mundo: Rusia es el país con el mayor consumo de pan por habitante al año, aproximadamente 130 kg. En Sudamérica, los países con mayor consumo son Chile (96 kg/año), Argentina (76 kg/año), Ecuador (37 kg/año) y Brasil (34 kg/año). La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de 90 kg/año por persona para una buena nutrición.
El mejor pan del mundo: La baguette francesa fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
¿Qué es el pan? El pan proviene del latín ‘pannus’, que significa masa blanca. Es un alimento rico en fibra, hidratos de carbono y minerales, además de vitaminas del grupo B y proteínas de origen vegetal.