La columna de Iván Ferreyra
Llorar para apagar el fuego, llorar para regar los árboles, este año nos va enseñando, nos va llevando por ese camino dónde vamos viendo los que se van, y se vuelven un número. El Tata Díaz, Maradona, Quino, nos movilizaron todo el amor, todo el respeto, aunque las comparaciones siempre son odiosas para los que señalan con el dedo. El amor es más fuerte que todos los miedos, que todos los virus del mundo. Llorar para no ahogarnos, para ser mejores. En este año que nos bombardearon con inacción. Llorar es de humanos, libera, como hablar, nadie es culpable por lo que siente. Me emocionan los pueblos que se emocionan. En algún momento volveremos a abrazarnos. Ese día está llegando. No perdamos el tiempo sin decir lo que sentimos, lo que pensamos, sumar desde la palabra que une, desde lo amable, que un día no estamos, y cuando uno se va solo se lleva lo que dió. El virus nos demostró que todos estamos en el mismo equipo, el de la humanidad. Vamos a resistir con los valores que nos dejaron los que forjaron este mundo. El otro sos vos. Llorar para apagar el fuego, llorar para sembrar.