El incremento oscilará entre un 4,5% y un 5,5%, despegándose del acuerdo mensual del 4% establecido anteriormente
A partir de la medianoche, las petroleras han implementado un incremento en los precios de los combustibles que oscila entre un 4,5% y un 5,5%. Con esta acción, las compañías rompen el acuerdo que venían manteniendo desde diciembre de 2022, el cual establecía un aumento del 4% mensual. El incremento se traduce en un aumento de $13 para todos los tipos y categorías de combustible, lo que significa que el promedio del aumento será diferente según el producto en cuestión. Como resultado de esta medida, el precio promedio de la nafta súper se ubicará en torno a los 200 pesos por litro.
La Secretaría de Comercio y las petroleras habían acordado previamente un esquema de Precios Justos, el cual contemplaba un aumento del 4% en los combustibles desde mediados de diciembre hasta mediados de abril. Posteriormente, se estableció un segundo acuerdo cuatrimestral que se extendía hasta mediados de agosto. Sin embargo, los resultados económicos actuales, evidenciados por el índice de inflación del 8,4% informado por el Indec en abril, indican que las circunstancias han cambiado drásticamente. El aumento del 4% estipulado en el acuerdo se ha vuelto insuficiente para hacer frente a la realidad inflacionaria.
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Los expendedores y su imposibilidad de mantener el ritmo de incrementos
Los expendedores de combustibles sostienen que la inflación acumulada en lo que va del año 2023 ha alcanzado el 42,2%, mientras que los precios de los combustibles solo han aumentado un 23%, apenas superando la mitad del incremento general de precios. Esta disparidad hace que resulte imposible para los expendedores mantener el ritmo de incrementos establecido en el acuerdo, lo que los lleva a respaldar la decisión de las petroleras de dar por finalizado dicho acuerdo.
Según fuentes empresariales, las petroleras ya han tomado la decisión de aumentar los precios de los combustibles. La negativa del Banco Central de otorgarles acceso a dólares oficiales para sus importaciones, sumada a la situación económica actual, ha influido en la determinación de las compañías de dar por concluido el acuerdo. Aunque al Gobierno no le agrada este aumento adicional, se espera que no intervenga ni considere caído el pacto vigente, ya que reconocen que la medida marginal de aumento no modificará significativamente el panorama inflacionario general.
Dificultades financieras y reclamos de los estacioneros
La situación se torna crítica para los dueños de estaciones de servicio, quienes se encuentran en estado de emergencia en todo el país. El retraso en el valor de los combustibles y la consiguiente pérdida de rentabilidad hacen inviable mantener las estaciones abiertas. Desde la pandemia, el sector ha experimentado una disminución en las ventas y el congelamiento de precios, lo que ha llevado a una pérdida de rentabilidad progresiva. Actualmente, la inflación y el retraso en los precios en los surtidores representan un desafío insostenible para los estacioneros, quienes demandan una solución urgente.
Con este incremento en los precios de los combustibles, las petroleras rompen el acuerdo vigente y generan preocupación en los expendedores y usuarios, quienes se enfrentan a un escenario inflacionario que dificulta aún más la situación económica del sector. La incertidumbre se instala en torno a los próximos pasos a seguir y a la posible respuesta del Gobierno ante esta situación.