Cuando alguien grita demasiado sobre la corrupción ajena, ¿qué se esconde realmente? En tiempos donde la denuncia se ha convertido en un espectáculo, es fundamental preguntarnos qué hay detrás de tanto escándalo.
En cada sociedad, siempre hay voces que se alzan con fuerza para señalar la corrupción de los demás. Como si empuñaran una antorcha y un megáfono, proclaman a los cuatro vientos quiénes son los corruptos y dónde están las manchas que deben indignarnos. Sin embargo, la insistencia con la que algunos señalan a los demás puede ser, en sí misma, una estrategia de distracción.
La política y el poder han perfeccionado el arte de la cortina de humo. Mientras todos miramos hacia un lado, la verdadera maniobra ocurre en otro. Es el truco clásico del ilusionista: distraer con una mano mientras la otra esconde la verdad. Y en el juego de la corrupción, esto no es la excepción.
Resulta paradójico que quienes más señalan, muchas veces, terminan siendo los más expuestos. No porque el dedo acusador sea infalible, sino porque la obsesión por señalar a otros suele ocultar el miedo a ser descubierto. La corrupción no siempre está en los actos visibles, sino en las intenciones ocultas. En la manipulación, en la estrategia de desviar la atención, en la urgencia de ensuciar a otros para que nadie note la propia suciedad.
Por eso, la próxima vez que veamos a alguien denunciando con demasiada insistencia la corrupción ajena, es válido preguntarse: ¿qué está tratando de ocultar? Porque en este juego de luces y sombras, el verdadero problema no siempre es el que nos muestran, sino el que nos ocultan.
🔴 Abre este enlace para unirte al grupo de WhatsApp y recibí nuestras noticias en tu celular. https://chat.whatsapp.com/LdmMOtgch128E1l9WRZc3O
👉🏻 Seguinos en Facebook eccos multimedios
📍 Siguenos en Instagram eccos_multimedios
📱 DESCARGA LA APP DE ECCOS FM Y ESCUCHA LA RADIO DESDE TU CELULAR O TABLET