Mientras el Gobierno define los temas para las sesiones extraordinarias, el Presupuesto 2025 se encuentra en un limbo.
Incertidumbre en torno al Presupuesto 2025
El futuro del Presupuesto 2025 genera preocupación en las provincias, que se sienten ignoradas por la Casa Rosada. Gobernadores, tanto opositores como oficialistas, coinciden en que el Gobierno carece de voluntad para negociar. Los reclamos por recursos previsionales, coparticipación e impuestos quedaron en el olvido, aumentando el descontento general.
Desde el entorno provincial se advierte que la reconducción del presupuesto actual podría ser el camino más viable para el oficialismo. Sin embargo, esta medida implicaría renunciar al equilibrio fiscal y enviar un mensaje de incertidumbre a los mercados.
El papel de los gobernadores en el Congreso
La semana pasada, el Congreso fue escenario de disputas políticas que evidenciaron la influencia de los gobernadores en los debates legislativos. La reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados aparece como el eje central de las negociaciones actuales. A pesar de su aparente ventaja, las vicepresidencias generan tensiones entre los distintos sectores políticos.
Esta dinámica complica aún más la posibilidad de tratar el Presupuesto en sesiones extraordinarias. Según voces del recinto, “sin los diputados aliados de los gobernadores, no hay forma de avanzar en el debate presupuestario”.
Fondo discrecional: desigualdad en los giros provinciales
Un reciente informe de Politikón Chaco reveló una distribución desigual de los fondos discrecionales. La Ciudad de Buenos Aires recibió el 56% del total en noviembre, seguida por Buenos Aires con un 11,5% y Misiones con apenas el 4,3%. Los gobernadores de menor peso legislativo temen quedarán relegados frente a esta dinámica, que favorece a los distritos más cercanos al oficialismo.
Mientras tanto, el Gobierno opta por negociaciones bilaterales con provincias clave, como Tucumán, donde se proyectan nuevas viviendas en el marco de programas adaptados a la gestión actual. Sin embargo, esta estrategia acentúa las diferencias entre las regiones más poderosas y las más dependientes de los fondos nacionales.
La falta de un Presupuesto aprobado para 2025 pone en evidencia las tensiones entre Nación y las provincias, mientras las negociaciones políticas continúan en un clima de incertidumbre. Gobernadores y legisladores esperan señales concretas del Gobierno, que por ahora, apuesta al manejo discrecional de los recursos como estrategia. ¿Será esta la solución para calmar las aguas o profundizará aún más la división política?