Balcarce 50 se prepara para desafíos en medio de un “verano caliente” y encara un dilema ante la caída de la imagen presidencial.
En los pasillos de Balcarce 50, el Gobierno argentino se encuentra ante la expectativa de un posible “rebote” económico durante los meses de abril y mayo. Con el cálculo de un sector del gabinete, se espera que estos meses marquen el inicio de la reversión de los efectos negativos provocados por el ajuste y la devaluación anunciados al comienzo de la gestión.
En esa línea, se especula que este “rebote” económico no solo traerá estabilidad financiera sino también una mejora en la imagen presidencial. La Casa Rosada reconoce la importancia de mantener el apoyo popular y está atenta a la posibilidad de una ruptura abrupta de la luna de miel si las cosas no evolucionan como se espera. La fecha clave para este cambio positivo se proyecta entre abril y mayo.
“Evaluación de la imagen presidencial”
A pesar de las encuestas actuales que muestran que el Presidente mantiene los niveles de aprobación con los que inició su gestión, hay un llamado de precaución en Balcarce 50 para no subestimar la realidad. Algunos sectores advierten sobre el desplome de la imagen positiva de exfuncionarios y señalan la necesidad de trabajar para sostener el apoyo popular hasta que se perciban los primeros signos de mejora económica.
En medio de un contexto que algunos describen como un “verano caliente”, con protestas callejeras y un paro general convocado para enero, el Gobierno busca construir diálogos con actores sociales y políticos opositores. La intención es evitar escaladas en la crisis económica y reducir tensiones en las calles. Sin embargo, declaraciones polémicas del presidente han generado cierto malestar y se reconoce la necesidad de construir puentes.
“Cifras de imagen presidencial en debate”
Aunque ciertas mediciones internas sugieren que el presidente cuenta con un 75% de imagen positiva, encuestas como la de Zuban y Córdoba muestran una caída sistemática del apoyo popular. La rápida disminución se atribuye a las primeras medidas económicas, el decretazo 70/23 y la “Ley Ómnibus” que genera preocupación en varios sectores.
Frente a la caída de la imagen presidencial, el Gobierno insiste en no retroceder en las medidas impopulares. La estrategia en Balcarce 50 es clara: “todo o nada”. Se argumenta que el paquete de medidas se envió de manera integral para evitar que los efectos económicos adversos impacten directamente en la popularidad del presidente.
“Expectativas en nuevas medidas y diálogo”
Aunque algunas medidas del DNU cuentan con un respaldo basado en su carácter “anti-corporativo”, se reconoce que no todas generan el mismo consenso. La posibilidad de nuevos decretos se vislumbra en el horizonte, algunos de los cuales podrían contener artículos de la Mega-Ley que no superen el filtro del Congreso. La premisa es clara: el presidente busca la aprobación del paquete completo para marcar el rumbo de su gestión.
A pesar de la confianza en las mediciones internas, el Gobierno enfrenta el desafío de mantener el apoyo popular durante el “torbellino social del ajuste con recesión” que se avecina. La tarea recae en el Grupo Marlboro, encabezado por Santiago Caputo y Karina Milei, quienes buscan preservar la imagen presidencial en medio de un panorama económico desafiante.