La columna de domingo de Iván Ferreyra
Este domingo de noviembre, con un sol que acaricia, su imagen se me vino, su sonrisa, su picardía, como olvidarlo, uno de mis héroes del pueblo, en mi adolescencia, el querido Titi Zubiri y su perro con nombre de tragedia griega Agamenón, vivía a media cuadra de casa de mi abuela, como no verlos.
Un rebelde, andaba con esa manera de caminar tan especial, con su pinta, y esa personalidad con la que encaraba la vida, y los partidos de fútbol, era mejor tenerlo de compañero que enfrente. Un jugadorazo. Hizo felíz a muchos hinchas. En nuestras charlas me decía que uno debía ser como era, no caer en la mirada de los demás, en andar por la vida haciendo cosas para buscar aprobación.
Cada uno es como es, y hay que hacerse cargo de eso. Este domingo de noviembre lo recordamos, su brillo ennoblece las palabras. Nos cruzábamos en el boliche y recuerdo su sonrisa, era su marca registrada. Sí lo que hago sirve para algo, que sea para recordar a personas como el Titi. Un jugadorazo.

